La iglesia-basílica más grande en sus dimensiones, dedicada a san José, en todo el mundo, se localiza en el Monte Real de Quebec, Canadá. Es también la iglesia más grande del país y es rematada por una de las cúpulas más grandes del mundo. Comenzó siendo un oratorio que en 1904 edificó el hermano André Besette, quien luego se dedicó a construir esta gran iglesia de 1924 a 1967 y que fue elevada a rango de basílica menor el 19 de marzo de 1955. Al hermano André lo canonizó Benedicto XVI en octubre de 2010 constituyéndose como el primer santo canadiense canonizado.
En la ciudad de Roma hay cinco iglesias dedicadas a san José, San Giuseppe dei falegnami o de los carpinteros, San Giuseppe a Capo le Case, San Giuseppe a Via Nomentana, San Giuseppe all'Aurelio, y la basílica de San Giuseppe al Trionfale.
Por ventura de Dios, México también cuenta con una basílica dedicada a san José, que es la segunda basílica en el país luego de la basílica de Guadalupe. Se trata de la iglesia de San José y Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que encuentra sus antecedentes en la primigenia iglesia, de estilo barroco, que se llamó San José de los Naturales, erigida por fray Juan de Zumárraga y edificada por fray Pedro de Gante para la evangelización de los indígenas, y que fue la primera parroquia de la Nueva España y probablemente del continente americano.
Con su planta arquitectónica de siete naves, fue durante muchos años la iglesia más grande de la ciudad de México, pues superaba en dimensiones y en belleza a la Catedral Metropolitana, razón por la que fue sede del primer Concilio Provincial Mexicano.
Esta primera iglesia tuvo que ser demolida en 1769, y en su lugar se comenzó a edificar, en 1772, y se consagró el 23 de abril de 1792, la iglesia que prevalece hasta nuestros días, de estilo neoclásico, que actualmente se localiza en el número 29 de la calle de Ayuntamiento, en la antigua Plaza de Iturbide, hoy Plaza de San Juan, ciudad de México.
Fue el 15 de enero de 1993, cuando el papa santo Juan Pablo II le confirió el título de Basílica Menor mediante el decreto correspondiente con el siguiente texto:
“Ioannes Paulus PP.II para perpetua memoria. En la ciudad de México, grandísima e ilustre urbe, está el Templo Parroquial de San José y Nuestra Señora del Sagrado Corazón, preclaro por sus admirables obras de arte, que fue, tanto la primer Parroquia de la Nueva España, como también la Sede del Primer Concilio Provincial Mexicano.Allí mismo también, es venerada piadosamente, por los fieles del lugar y de las regiones circunvecinas, una graciosa imagen de la Madre de Dios, invocada con ese mismo título, la cual fue coronada, con corona de oro, el 26 del mes de septiembre del año de 1948, en nombre y con la autoridad del Sumo pontífice, el Papa Pío XII, nuestro Predecesor, de feliz memoria. Consta además, que la misma iglesia es un notable centro de vida espiritual, y de obras pastorales y de caridad, especialmente hacia los pobres, los enfermos y los ancianos.
Por lo cual, nuestro Venerable Hermano, Ernesto Corripio Ahumada, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Arzobispo Metropolitano de México, por carta del día 3 de septiembre del año pasado, en compañía de los Obispos Auxiliares, del Clero, del pueblo, y en nombre propio, nos pidió que dicho templo fuese honrado con el título y dignidad de Basílica Menor; Nos hemos pensado obsequiar con especial agrado la petición de tan solícito y dignísimo Pastor.
Por lo tanto, de acuerdo a la sentencia de la Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos, misma que ratificamos, en uso de nuestra autoridad Apostólica, en virtud de estas Letras, decoramos, desde ahora y para siempre, a dicho Templo Parroquial, del cual hemos hecho ya mención, con el título y la dignidad de Basílica Menor, usando de todos los derechos y concesiones litúrgicas que competen plenamente a los sagrados lugares, dignificados con este nombre, observando, sin embargo, todas aquellas cosas que deben ser observadas, de acuerdo al Decreto “De título Basilicae Minoris”, del día 9 del mes de noviembre de 1989. Tan fausto acontecimiento sirva de alegría al Pastor mexicano, a su clero y a su pueblo, tan querido para Nosotros. Finalmente notificamos estas Letras, tanto para el presente como para la posteridad, sin que obste nada en contrario.
Dado en Roma, carca de San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 15 del mes de enero, del año 1993, Décimo Quinto de nuestro Pontificado”.