Bendito nuestro Señor que nos ha dejado a San José y a María para que pongamos nuestro pensar, decir y hacer en sus divinas manos y trituren todo lo que no sea al modo divino, como Jesús nos lo enseñó.
Al leer el tema de este día mi alma se alegró en Jesús mi Salvador que me ha permitido justo en éste día iniciar los talleres para tomar conciencia plena de su divinidad. San José estuvo al frente junto con la Sagrada Familia, por eso digo gloría a Dios y venga a nosotros, pecadores, su Reino, para que sea aquí en la tierra como en el cielo su divino modo y no el nuestro.
Amén y amémonos los unos a los otros como Él nos ama en la unidad de su Divina Trinidad.